El queso que no se derrite pero repite
Magia pura.
El otro día me acordé de una vez que asistí a un taller de cocina hindú en lo de Gundicha, un catalán hare krishna de Barcelona.
Ahí aprendimos varios platos riquísimos que degustamos al terminar el taller.
Pero lo que más me llamó la atención fue el proceso para hacer queso fresco.
Escucha.
Calientas 2 litros de leche entera, cuando llega a 92º, lo apagas y le pones 60 ml de zumo de limón o vinagre, lo mezclas bien y lo dejas media hora.
Tachaaaán... tienes queso!
De ahí solo tienes que colarlo y ponerlo en algún molde o una de esas medias de mujer para que el suero se filtre.
Si quieres le puedes hacer un nudo y poner un peso encima, al cabo de una hora tendrás un delicioso queso fresco duro casero.
Ahá, ¿Y?
Y que con la receta justa, una cosa se transforma en otra.
Como en la mente.
Tienes que ponerte las pilas con algo importante, pero la mente te lleva a procrastinar.
Estás bajo presión y necesitas descansar, pero la mente te llena de pensamientos sobre lo mal que puede salir tal o cual cosa.
Está todo bien en tu vida, pero por alguna razón te sientes sola, triste, agobiada.
Esta es nuestra "leche".
De ahí aplicamos una "receta", o sea una técnica para comunicarnos con nuestra mente subconsciente, y como resultado generamos una sensación nueva, nuestro "queso", en forma de relax, enfoque, buen sueño, etc.
Ok, la receta del queso ya te la di, las de cómo transformar los pensamientos te las enseño en mi taller de limpieza mental y emocional que voy a dar hoy en un par de horas.